lunes, 18 de julio de 2011

Universal.

La gracia de la literatura es unir a todas las personas sin fronteras a lo largo del tiempo, porque nos universaliza a través de las mismas palabras de las mismas rimas, como si todos transitáramos las mismas arenas sin distinciones.

el manto de cielo se expande sobre todas las personas, nos deja ver las estrellas sin importar de que punto del hemisferio nos paremos para mirar hacia arriba.

Es decir, para la literatura en particular, no influyen las diferencias de ningún tipo, ni los estilos ni los rostros, ya que, al abrir un libro, tocamos la entrada de un universo particular que nos habré las puertas para que nos maravillemos con su luz, mientras que nos va mostrando sus encantos y sus enseñanzas.

Entonces entre sus líneas, habitamos en otro sitio y nos sentamos al lado de otra gente por un tiempo.

Notamos como los personajes de las historias dejan de ser la creación de simples palabras inconexas, sino que sentimos con ellos, muchas veces incluso, ellos gritan lo que a nosotros nos gustaría gritar y hacen los que a nosotros nos gustaría hacer,  nos permitimos imaginar aunque sea por un rato que en algún lado en algún momento, ellos, que nos impacientan y nos alegran, van viviendo sus calles de verdad.

Me di cuenta, que en el mismo momento en que yo estoy sentada, relajada, disponiendo mi alma para absorber las voces de otros, otra persona en algún lugar del mundo, en algún otro café, frente alguna otra vista, o al resguardo de alguna ventana por la que yo no estoy mirando, esa persona esta compartiendo las líneas que yo leo, esta sintiendo lo que yo estoy sintiendo en aquel momento a través de las emociones de los personajes y de los mismos caminos atribulados.

Estos nos unen en instantes que lo son todo, tenemos la piel erizada y aquellos es magia.

Aquella otra persona de otra ciudad, que practica otro idioma, que ve los ojos de gente que yo no conozco, me entiende y lo conozco de aquella especial manera en el que el me conoce a mi, porque la vía literaria es una sola que va en miles de millones de sentidos, llenándonos y haciéndonos recocibles.
Achicamos los espacios, surcamos los mares para que cuando abramos las páginas de los libros nos veamos a la cara los unos a los otros.

Ante los relatos, viajamos, de alma en alma y una vez terminados todos somos un poco más grandes, más maduros, más sabios, como que acarreamos más historial.

Me decidí a pensar en cada próximo libro, que otro esta mirando conmigo, sentado a mi lado y cuando lo haga solo deseare que el otro halla aprendido lo mismo que yo.


noemi, lulita.  UNA LECTORA MAS.

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