Buscando la abnegación de
dejar atrás a todas las personas que me hacen querer bajarme del tren. Hay Otro
idioma. Busco más maneras de hacer ruido en el espacio, ya no con palabras, ni
con susurros recitados. Sino que debo
remitirme a los Teclados que comparten esencia. Una mano izquierda que se ocupa
de cierto número de letras y una mano derecha que tiene a su cargo otro tanto,
para que en ellas entremezcladas y tejidas den lugar y nacimiento al lenguaje escrito.
Y por allí, en un lento pero regular vislumbrar de lo nuevo, otro teclado, que
asigna papeles a la derecha y a la izquierda y a cada dedo su razón de ser,
para que sigan tejiendo a los sentidos melodías. Palabras mínimas y encogidas
que se dejan caer para que se traduzcan en el aire y en el alma. Sonoro borbotón.
En la tensión haces caer la mirada turbada por las notas del pasado compartido.
Has tenido tanto que tomar de mi, ¿ahora que nos queda? Me enojo hasta la desesperación,
hasta quedar muda. Existe al alcance de mi mano todo lo que necesito para
salvarme. Para Escuchar más que a tus espacios. Lo único que lamento es verme
en la necesidad imperiosa de encontrar a otro interlocutor, cuando creí que ese
excavar y ese inquirir había cesado. Tanto en la mano derecha como en la
izquierda hay otro idioma a las puertas.
Lucia, casi escribo tu
nombre en esa buena noche.-
Resplandece, Firefly.
Resplandece, Firefly.
Hermoso volver a pasar por acá. Saludos.
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