Cuando termino una novela, siempre es lo mismo es un desgarrar de mi corazón y una alegría incontrolable, nunca logro reaccionar rápidamente, todo lo que soy queda en un letargo hasta que entiendo lo sucedido, debo quedarme en el sitio donde estoy sentada porque mi corazón y mi mente están perplejas tristes por el terminar de una historia en que siempre quiero compartir mas, sabiendo que aprendí, pero que me duele dejarlos lejos de mi, pero dentro de lo que soy: entonces lloro por lo personajes fuertes e inconmovibles, perdurables, que reconozco que rozaran mi mente ante las desventuras futuras, es un escalofrío profundo y reiterado, tanto que me cuesta describirlo, para su reconocimiento.
entonces lo que hago para cerrar el ciclo, es agarrar la tapa del libro y escribir en ella , la fecha en que lo termine, incluso si se la hora para recordar lo que estoy sintiendo y debajo el nombre del personaje que mas me marco de la historia y una frase mía y de ella, nuestra, y estoy realmente feliz por su buena fortuna, así que la colocare en un estante, de esos que tengo cerca mió, y la reviviré cada vez que me disponga a escribir y trazare similitudes entre los caracteres las descripciones y los avatares de siguientes títulos de mi vida.
Los usare como metáforas y simbolismos de mis experiencias.
Para que luego si otras líneas osan inundar mi pensar lo abriré nuevamente para mi , en un tiempo cuando también halla crecido en mi interior y le pediré, en la re-lectura, que me corrija y que vuelva a hablarme para no desesperanzarme jamás de lo que una mujer puede soportar, resistir ante las mas desagradables penurias, que un cuerpo femenino, una mente osada y desesperada por frases de libertad y un alma que desgarra los viejas hierbas de todo campo para alcanzar el verdadero amor, que todo lo soporta y todo lo cree.
Con ello la existencia completa y satisfactoria, una superación en tiempos de fuego, ante la vida que siempre debió haber sido, una vida en la que ser una dama este bien.
Ante tales historias solo me resta dar las gracias desde la profundidad de mi habla y de mi pensar por ser mujer, tener la suficiente libertad como para leer lo que se me antoja y querer lo mismo para cualquier otra mujer en el mundo.
Para que luego si otras líneas osan inundar mi pensar lo abriré nuevamente para mi , en un tiempo cuando también halla crecido en mi interior y le pediré, en la re-lectura, que me corrija y que vuelva a hablarme para no desesperanzarme jamás de lo que una mujer puede soportar, resistir ante las mas desagradables penurias, que un cuerpo femenino, una mente osada y desesperada por frases de libertad y un alma que desgarra los viejas hierbas de todo campo para alcanzar el verdadero amor, que todo lo soporta y todo lo cree.
Con ello la existencia completa y satisfactoria, una superación en tiempos de fuego, ante la vida que siempre debió haber sido, una vida en la que ser una dama este bien.
Ante tales historias solo me resta dar las gracias desde la profundidad de mi habla y de mi pensar por ser mujer, tener la suficiente libertad como para leer lo que se me antoja y querer lo mismo para cualquier otra mujer en el mundo.
Mariam y Laila
Lucía. Pero, sobre todo, se halla en el corazón de Laila, donde brilla con el esplendor de mil soles
Compartiendo por aquí el mismo interés por el precioso arte de las palabras.
ResponderEliminarBacano blog.
Saluditos :)