domingo, 23 de octubre de 2011

Lejana

En una de esas ocasiones en las que te miras a ti misma en una situación, cuando estas partida en tres, un entrevero en particular, desde afuera más lejana, desde los ojos externos, que miran lo propio con un ángulo desconocido.
Mas arriba de la tierra cotidiana que veo, pero por debajo de la nube y de los cielos, esa otra es mis sentidos cuando me vuelvo ciega.
Es ir a encontrarla en el espejo, para saludarla, sonreírle, mostrarle mis cambios solo para la distante, para hacerle saber que nos importa, porque a mi alma también le agrada la de afuera. Porque ella no me deja decir lo que quiero decir sin saber que escupo hacia arriba, hacia su rosto indefinido y familiar.
Me busca y me enseña con su brisa el camino cuando me pierdo en los sauces de la melancolía, canta posada en mi hombro ante aquel que con sus manos viene y mi abuela la de siempre.
Ella, la extraña, que guerrea fielmente por mí, la ausente, que no palpo cuando me cepillo el cabello, la que abrazo y me abraza, con intimidad, muy calmada me susurra al oído: eres, con eso me basta…
ella la espía, la espectadora, últimamente me ve responsado cómodamente bajo un nuevo cielo
y esta vez fue así mas que otras veces, me vi a mi misma, desde la lejana, reposada en otras manos que me atajan, y entonces mi alma me llamo por mi nombre, en éxtasis le respondí, que estaba bien, que había encontrado un pequeño lugar para nosotras, para mí que estoy escribiendo, para mi alma y para la lejana… 


noemi, lulita...y ella que me ve...

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