no entres docil!

La parte del traje que mas distingue al traje, mejor dicho la parte de este que mas distingue al hombre, el saco masculino, me dejaste tu uniforme como fantasma por la casa, como tatuaje que evoca pesadilla, colgado de la silla en la que lo dejaste, cuando mirarte era no mirarte y ahora mirarlo es sentir tu mirada negra y profunda clavándose en mis ojos y tornándose en un susurro que recorre mi nuca.
Me separaran de él mientras escribo cuatro paredes pero que son de cartón, mamparas que un abrir y cerrar de ojos se pueden desvanecer y lo sé y lo admito no me aguanto  voy y lo palpo lo recorro con mis dedos y mis poros tiemblan por la textura tan bien conocida de tu identifican te atavío.
Dejaste una botella enfrascada en mi casa con tu esencia al por mayor, movida por mis ansias de sentirte, cual niña que se disfraza me lo pongo, con una risa recordando como tú me veías y una lagrima recordando que no me estás viendo.
me siento me abrazo como si tú me abrazaras, fundiéndome en los retazos de ti, con la ausencia del valor para combatir , por tener un casco lleno de miedo y cometas que con una aureola de inquietud se esfumaron de mi mano.
te robo tu disfraz, se extravía mi armazón , y ya nada queda, nada más que la figura material y austera de tu esencia colgando de mi silla en mi sala, escribiendo estas palabras sobre fantasmas, horas muertas ,flores tiradas y lagrimas quemadas.
Más tú saco, tu traje me espolvorea con tu burbujeo me custodia y te recuerdo.