mujeres cautivas

Aquí junto a mi peño libro de notas en la que escribo, sensaciones, recuerdos que se esclarecen en el día lluvioso y que irrumpen con violencia en los momentos más inesperados, incluso llevando mis perdidas percepciones.
Veo garabatos, flechas y símbolos que se llevan otro efecto otro impacto que en el momento en que las pensé, son al fin y al cabo tornasolados, que me arrastran desde la esclava y la doncella que baila con las cadenas siendo el único momento en que se es realmente libre, hasta las antiguas reinas y emperatrices coronadas por hacer el mal a los depositarios de sus pasiones, se sienten, existen,
con el único propósito de unir el laberinto que conforma mi persona y poder contarlo como corresponde:
como párrafos poesías o frases que ya no pueden guardarse.
Hoy me traen y me arrastran con la lluvia de verano, con los ojos de una nueva persona que trata desesperadamente de encontrarse a la vuelta de la esquina, con ojos cansados de ver nublado; pero con frases que revolotean y que me persiguen como ¿Qué fui yo de ellos? ¿Qué fui yo para ellos?, o dos enamorados primerizos  que ya tenían el fatalismo atados a sus sienes aun antes del mismísimo comienzo y  que se repite sin descanso la mancha en sangre del amor fortuito, ¿Qué hacer cuando no hacer es lo correcto?, arranca del llanto: sonrisa, el mundo tiene demasiado turismo y poco caminar, y algo que me hace despertar, despabilarme : las acciones son la primera tragedia de la vida, las palabras la segunda, las palabras son quizá la peor, las palabras son despiadadas y mucho más irreversible que las acciones.
 Estas líneas elegantes, acrónimos y juegos de palabras, fueron concebidas para que ataquen por la noche a las desventuradas, dando origen y definiendo a mujeres cautivas de sus palabras, solo aquellas que no se dijeron porque son los que están llenos de todo lo que ya se dijo. Anoto, trascribo: se los debo y se los recrimino.
noemi, lulita.