viernes, 10 de abril de 2015

Murallas.

Las palabras, los razonamientos tan exactos. esos de las que mente goza tanto.
esos son las que mas chocan con las paredes. Las paredes, claro, de las murallas que construimos todos para ser nosotros mismos. (y somos así  al ser "individuales").
Locura tan extranjera y omnipresente de ser uno y a la vez todas las cosas que nos rodean, así las puertas de la murallas que somos,  son esas personas imprescindibles, los que dejamos entrar de verdad. en niguna ciudad amurallada de la historia tenia 20 o 30 puertas o puentes, sino solo 6 se podría decir, por eso tocarse la piel es fácil, todo desde la caricia hasta el arañarse es mundanal. pero 2 seres que se conecten es una extrañeza casi tanto como un pasadizo secreto. es palpar como la muralla se expande varios kilómetros, construimos, Somos MAS. tenemos MAS. mmm que pecado no aprovecharlo, no es solo los ladrillos y el cemento, es el espacio que nos estaba faltando para estirar el alma , hacerse bien y librarse de la pereza de defenderse siempre. de separarse del de al lado, afanarnos como dinamita pura en ser distinto y al hacerlo agotarnos tanto que terminamos yaciendo en el piso. Nacemos igual. nos construimos queriendo todos lo mismo, conectarse hasta las ENTRAÑAS,  hasta la misma médula.
Si se logra eso, quiero decir, las poquisimas veces en la vida que logramos este sentir, es elevarse. Volar. RESPLANDECER-
Aunque obviamente primero que nos e sabe cuando viene, nos deja estaqueado como un rayo en la mitad del patio (J. C. ) y para el resto de los mortales seguimos siendo tan misterioso en lo profundo como una ciudad amurallada, como goza de eso la mente racional.

Lucia.
Luz entre medio de calles.

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